El objeto de esta entrada, es hacer una pequeña introducción a la traducción de la Hª del arte en la antigüedad.
Winckelman es quizás una de las cabezas mejor amuebladas del siglo XVIII, será raro no encontrar sus referencias en cualquier alemán de su tiempo, y en muchos de los grandes pensadores europeos.
Técnicamente, es el padre de la Hª del Arte como disciplina, tampoco nadie discute darle la paternidad de la arqueología moderna, la descripción fotográfica de una tumba etrusca, con la que nos ilumina aquí, o la discusión de los stacatos de Pompeya que explica en esta misma obra, es totalmente actual. Aún incluso, se le hace padre del estudio de la filología clásica, aunque esto se discute más, está claro su dominio del griego y latín que le permite fechar solo por la forma de una letra o su sentido y cambio y estilo de escritura
Y, todo esto está dentro de este libro, con este título rimbombante.
Antes o después si se meten en el libro, llegarán a la máxima de Winckelmann de que para comprender el arte griego hay que lograr pensar como un griego de esos tiempos. Ésta máxima, adaptada, está inserta en toda la historiografía moderna del arte. No obstante para avanzar, destacar y sobresalir, todos los historiadores modernos han tenido que "matar al padre", no citándolo. Vamos a utilizar su propia metodología para intentar encuadrar esta obra.
Intenten ver a Winckelman llegando a una taberna de reunión, donde los grupos de viajeros, poetas, artistas,.. ingleses, españoles, alemanes, holandeses,.. se entremezclan, esperando las órdenes de sus guías. Intenten comprender el término "guía" como mediador o conseguidor, por ser entendido y trabajar como anticuario en el tema del arte y la arqueología, motivo por el que se le da acceso a esa persona conocida, a las colecciones privadas que entonces había, sobre todo en Roma, esperando en compensación de esas personas, que hablase bien de la colección, y le avisase de nuevos descubrimientos, o piezas para adquirir, cambiar, vender..., en fin como en todo, algunos destacaban más, y entre ellos estaba Winckelmann, de tal manera que era el encargado hacia 1764 de las antigüedades del Vaticano, la colección principal en Roma. Intentemos ver a esos turistas del "Gran Tour", todos ellos con un ejemplar bajo el brazo, algunos de esos ejemplares pasados, y anotados de abuelos a padres, y de estos a hijos, con direcciones escabrosas, y que aun se pueden conseguir en remates de casas, con bibliotecas antiguas en Londres, tal fue la proliferación de las vidas.. de Vasari. Técnicamente esta obra, portento histórico también, era la guía de viaje de los chicos del "Gran Tour". Allí están todas las iglesias, todos los monumentos con sus obras, y al final tiene un índice donde encontrar las obras, y los artistas. Era perfecta para esos tiempos en que se tenía varios meses para visitar Florencia y Roma, solo se necesitaba a los conseguidores, para que facilitasen la entrada a las colecciones principales privadas, y aprovechar de paso para preguntarles las dudas.
En algún momento Winckelmann, harto de explicar las mismas dudas y señalar piezas, llegó a la conclusión, de que se necesitaba una obra complementaria para las Vidas de Vasari, sobre todo por las nuevas piezas descubiertas desde entonces, y por la poca cantidad y descripción de piezas de la antigüedad. Winckelmann escribió e hizo grabar cientos de dibujos, en un obra mucho más compleja que ésta misma, y que citará a todo lo largo de la obra, "Monumentos de la antigüedad", donde dentro, siempre leerán la indicación de inédito. Aquí viene la explicación. La estructura de esa obra, no es la de poder hacer de ella una guía de viajero, así mismo, aportaba una cantidad de imágenes muy alta, lo que encarecía la obra, no nos debe extrañar entonces, ese "inédito", no obstante a la muerte de Winckelmann, ya era notoria la Historia del arte Antiguo, traducida a inglés italiano francés, que se publicó. La conclusión es: los editores le rogarían recapacitase, y rehiciese la cosa, a una "maniera" de texto tipo Vasari que era a la que estaban acostumbrados los chicos del "Gran Tour", y he aquí que "la segunda guía del viajero" apareció en 1764. Winckelmann murió en 1768, seguramente no pudo revisar la 2ª edición.
Por tanto, este libro no nació con la vocación de ser un libro sistemático de historia del arte antiguo, como amenaza, sino como una vulgar guía de Roma y otros lares itálicos, y de hecho dentro, les referencia, según los días necesarios para su visita y conocimiento, más aún, les aconsejará no tener en cuenta las primeras guías de viajeros, a los que fulmina por los errores que tenían dentro. Prueba de todo ello es, que no encontrarán una sola obra citada por Vasari, que Winckelman nombre, y viceversa, es decir, tiene extremo cuidado en citar solo obras, que en su tiempo Vasari olvida incluir.
La comprobación está más que hecha. Tengo una pequeña tabla en la Guía del arte con subdivisiones por ciudades en páginas, con las imágenes de obras encontradas en ambos libros, y ninguna se solapa, excepto LA CABEZA DEL CABALLO DE DONATELLO.
Prefiero traer de la sombra esta magnífica obra, centrando su origen real ya perdido, posiblemente en su tiempo era una obviedad, hoy no, ya que en ningún sitio se dice que esta obra es un complemento de las Vidas, pero lo es. Por eso es necesario pensar, y ponernos encima incluso el tabardo de Winckelmann, antes de empezar la visita, al libro.
¿Desprestigia en esto algo la obra?. No. La da más valor a mi parecer, ya que además de incluir lo más denso que jamás he encontrado en el tema arte, además, le ha tenido que dar impuesto, un determinado formato, que no quiso en un primer momento, formato transformado que todo historiador del arte ahora sigue.
¿Alguna cosa además?, Si. La exposición de Winckelmann es sistemática, es decir barre toda la historiografía nota a nota y va a utilizarla sea como sea, no importa si incurre en un error, para él el error sería no haber tenido en cuenta una nota, aunque la interpretación rechine a nuestros sentidos alguna vez.
¿Y? Hay un estilo positivo en la exposición de lo que es arte, belleza, y lo sublime etc. por lo general todas los ataques teóricos que había leído hasta ahora, son negativos, primero se dice y se martillea lo que no es y luego acaso se deja brillar la pieza ejemplo que si. Winckelmann toma el camino contrario, el más difícil, acaso hay citadas una decena de piezas negativas, en su prefacio y desde luego todas ellas lo están en contexto. Resalto las 2 principales en el cuerpo de toda la obra "La virgen con los ojos idos en San Carlo al Corso en Roma", y "la estatua de mármol del Papa León X, el padre de las Artes, realizada por un cierto Giacomo del Duca, de Sicilia", y que los allegados de Carlos Fea, el traductor de la 2ª edic. de este libro al italiano pareciera que aprovecharan y las hicieron desaparecer, en su traducción ya dicen que no la encuentran, obviamente tan pocas negativas relumbran en negro, me imagino por entonces a los viajeros con la primera edición preguntando por esas piezas, antes que por el Apolo Belvedere.
Más negativo: se queja de las representaciones equivocadas, sobre todo de autores del XVIII, por su lectura se produjo en general, un ajuste más verídico de lo representado a los textos clásicos, cosa que se dio en llamar estilo Neoclásico, lo cual implican erróneamente como su gusto, el gusto de Winckelmann que no era ni de lejos. Winckelmann era una persona de su tiempo, un Romántico.
Más negativo: no hay personaje que escribiera o dijera sobre arte, antes y en su época, al que no tocase con alguna frase lapidaria, corrigiese con una amorosa colleja en griego antiguo, o fundiese con un rayo lingüístico, por poderoso que fuera, corrige al mismísimo papa, al mayor coleccionista de ese tiempo, Cardenal Albani al que dedica esta segunda edición, al conde Cailus... y a más de un centenar.
Respecto a esta traducción, dado que no había nada en español cuando emprendí la cosa, nada podía salir mal. La empecé hacia el 2008, pero al momento llegué a la conclusión que sin Plinio el viejo y Pausanias como mínimo, poco clara iba a quedar la cosa, así que aceleré la subida de las fuentes primarias. Hacia el 2012 subí la maqueta y desde entonces he trabajado "online" al poco apareció la primera edición, la de Akal, una buena traducción, pero sin notas resulta impracticable. Unos años más tarde, se editó la antigua traducción de la 2º edición de Diego Rejón da Silva, un refrito arqueo-histórico totalmente desfasado. En esta traducción aunque sigo la estructura de la traducción francesa de la segunda edición, he tenido en cuenta todas las traducciones anotadas que he encontrado, así que para lo malo, el cúmulo de errores se podría dar, incluso de notas, a título de ejemplo he corregido ya en últimas, desde la alemana 2, en la olimpiada que anotan tanto la italiana, como la francesa (aún más errada), en la caída de Corinto que hace coincidir con la caída de Cartago, Winckelman NO REGISTRA la olimpiada, solo anota "Plinio..".
En fin por muy mal que esté, el flujo de enlaces nos va a permitir encontrar y valorar en el contexto su pensamiento, aunque solo el 20% está subido, correctamente traducido y libre, e incluso el correctamente traducido, al revisar las propias notas de Winckelmann dentro de esos textos, surgen las dudas de si lo tuvieron en cuenta. Pero sobre todo, quizás lo más importante, las imágenes que he logrado encontrar, nos va a permitir VER las explicaciones de Winckelman.
No tengo ninguna referencia en otra persona que marcase rotundamente una clara diferencia entre gustar del arte y saber de arte, y a quien ya sabe de ello, es difícil que desaprendan, por lo que espero les sirva en una u otra manera.
Antes de atacar la obra, es recomendable haber leído antes Reflexiones sobre la pintura y escultura en los griegos
Sin más, cualquier cosa, obra encontrada o corrección que propongan, me será muy grata anarkasis @ anarkasis . com
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